Las dimensiones de Hofstede: una brújula para entender culturas
- Sofía Maiolo
- 15 abr
- 3 Min. de lectura
En los artículos anteriores hablamos sobre etnocentrismo y shock cultural, y sobre cómo las culturas de alto y bajo contexto influyen en la comunicación. En este nuevo post de la serie, exploramos un marco fundamental para comprender las diferencias culturales de forma estructurada: las dimensiones culturales de Geert Hofstede.
¿Qué son las dimensiones de Hofstede?
Geert Hofstede, un investigador neerlandés, propuso un modelo para entender cómo los valores culturales influyen en el comportamiento de personas en diferentes sociedades. Estas dimensiones son especialmente útiles cuando trabajamos con equipos globales, ya que nos permiten anticipar posibles fricciones y adaptar nuestra comunicación, liderazgo y colaboración.
Las 6 dimensiones culturales:
Distancia al poder ¿Qué tan jerárquica es una sociedad? En culturas con alta distancia al poder (como México o India), se espera que las decisiones vengan de arriba. En cambio, en culturas con baja distancia al poder (como Dinamarca o Nueva Zelanda), se valora la horizontalidad y el acceso al liderazgo.
Individualismo vs. colectivismo En culturas individualistas (como EE.UU. o Países Bajos), las personas priorizan sus metas personales. En las colectivistas (como Japón o Colombia), el bienestar del grupo es más importante.
Asertividad Esta dimensión refleja qué tanto una cultura valora la competencia, el logro y la asertividad, frente a valores como la cooperación, la modestia y el cuidado del otro.
Evasión de la incertidumbre ¿Cómo se maneja la ambigüedad? Culturas como Alemania o Grecia tienden a evitar la incertidumbre mediante normas estrictas. En cambio, culturas como Singapur o India son más tolerantes a la ambigüedad.
Orientación a largo plazo vs. corto plazo Las culturas orientadas al largo plazo (como China o Corea del Sur) valoran la perseverancia y la planificación. Las orientadas al corto plazo (como EE.UU. o Argentina) tienden a enfocarse en resultados inmediatos.
Indulgencia vs. restricción ¿Qué lugar ocupa el disfrute en la vida cotidiana? En culturas indulgentes (como México o Australia), se valora el disfrute de la vida. En las restrictivas (como Rusia o Corea del Sur), se enfatiza el control de los impulsos.
¿Para qué sirve este modelo?
El modelo de Hofstede no es una receta exacta ni una etiqueta, sino una guía para comprender tendencias culturales generales. Ayuda a:
Entender cómo distintas culturas responden al liderazgo, la autoridad y la toma de decisiones.
Adaptar estrategias de comunicación, negociación o motivación.
Prevenir malentendidos que surgen de asumir que "todos piensan como yo".
Ejemplo práctico:
Una herramienta útil para visualizar estas diferencias es la herramienta de comparación de países de Hofstede, que permite comparar las dimensiones culturales entre distintos países.
Por ejemplo, al comparar Japón y Uruguay, se observan diferencias significativas:

Lo interesante de esta herramienta, es que podemos ir haciendo "click" sobre cada dimensión, y aprender más sobre las diferencias. Por ejemplo, haciendo click sobre "Long Term Orientation" tenemos lo siguiente:

Estas diferencias culturales pueden influir en la dinámica de trabajo, la toma de decisiones y la comunicación dentro de equipos multiculturales. Comprenderlas es clave para fomentar la colaboración efectiva y el respeto mutuo.
Si estamos por comenzar un nuevo proyecto, presentar una propuesta a un equipo multicultural o planificar una reunión, comparar las culturas involucradas en esta herramienta puede ser un excelente punto de partida. Nos permite identificar diferencias clave y anticipar posibles malentendidos, para luego diseñar estrategias que faciliten la colaboración y el entendimiento mutuo.

Reflexión final
Las dimensiones culturales de Hofstede son una herramienta valiosa para comenzar a entender cómo las culturas pueden diferenciarse entre sí, pero no son el único modelo disponible. Existen otros enfoques igualmente relevantes, como el modelo GLOBE, el de Schwartz, el de Hall sobre comunicación intercultural, o el de Erin Meyer en The Culture Map, entre otros. También el modelo de Trompenaars y Hampden-Turner aporta una mirada complementaria. Si este tema te interesa, te animo a explorar diferentes marcos teóricos y a combinarlos con tu propia experiencia: es en ese cruce donde nace una comprensión más profunda y rica de la diversidad cultural.
Conocer estos modelos no implica caer en estereotipos, sino abrir la mente a otras formas de ver el mundo. En mi experiencia, cuando un equipo empieza a hablar de estas diferencias con apertura, se vuelve más empático, más potente y, sobre todo, más humano.
¡Hasta la próxima!
PD: Si te interesa la sensibilización cultural y cómo potenciar equipos multiculturales, te invito a seguirme en Substack. Suscríbete aquí y recibí al instante cada nuevo post de esta serie. 🚀🌍
Comments